Vicente, Vicente, Vicente… ai canot ier, plis…

(Vicente, Vicente, Vicente I cannot hear, please)

@esferapublica , published May 7th 2021

Dedicado a Cali

La arrogancia es atrevida. El atrevimiento tiene costos. El señor Uribe estaba invitado ayer, cinco de Mayo por parte del Brademas Center, afiliado a la Universidad de New York, (NYU) a explicar su política de seguridad democrática en relación con el medio ambiente. El texto de invitación al webinar, tenía como título Colombia sostenible: políticas, planeta y seguridad democrática.

El Brademas center afirmaba en la invitación que Uribe había contribuido y desarrollado programas innovativos centrados en las estructuras familiares y sostenibilidad como medios para promover la democracia y la seguridad. Pero no sólo se trataba de explicar el programa de gobierno de Uribe, la abogada Claudia de Windt, fundadora de la organización privada Inter-American Institute on Justice and Sustainability (IIJS), (ahora llaman a este tipo de organizaciones startups intelectuales, y a veces es difícil saber que sesgo se esconde bajo los títulos elegantes que utilizan), iba a extrapolar las experiencias de Uribe al nivel latinoamericano.

Días anteriores al paro nacional, se había radicado una carta abierta al Brademas Center(1) y a la rectora del NYU. Con el hashtag #NotAtNYU se pedía al centro no darle podio a Uribe. El texto argumenta certeramente que invitar a Uribe a hablar sobre medio ambiente es una incongruencia. Se omiten las consecuencias reales de su administración, continuadas durante el gobierno de Duque. Los autores del texto recalcan que la seguridad democrática que ha sido ampliamente documentada en lo lo largo de los últimos 20 años, impulsó en Colombia de “múltiples proyectos extractivos que nada tuvieron de sustentables o positivos para el ambiente.”

Con datos, la carta demuestra que la mayoría de desplazados originados por la expansión de la industria extractiva eran en su mayoría familias de escasos recursos y minorías. Mientras que “la superficie de hectáreas con títulos mineros pasó de 1,13 millones a 8,53 millones, y entregó 7.869 títulos mineros. Gran parte de estas hectáreas estaban ubicadas en páramos y Parques Nacionales Naturales”.

Más de 6000 firmantes añadieron un argumento muy importante. Uribe presentaba su proyecto solo, sin detractores, no permitiendo una discusión académica como es necesario dentro de una universidad.

El Brademas Center mostró una arrogancia inusitada. Poco le importó que los muertos y los abusos durante las últimas protestas en Colombia por parte de las fuerzas policiales han sido auspiciados por un programa ideológico oscuro que se expresa, a cuenta gotas, en los infames tweets de Uribe. Cuyo rol de expresidente es convertir objetivo militar todo aquel que disienta. Así sea el justo reclamo del pueblo. En la mañana del 5 de Mayo, Uribe “confundió” la bandera del CRIC, el consejo indígena del Cauca, con la del ELN, dando la orden a las Fuerzas Armadas de Colombia, y los delirantes que aun lo escuchan, de defenderse.

El webinar se inició con atraso de diez minutos. Por supuesto el chat estaba cerrado, y sólo se podían enviar las preguntas por el Q&A, que iban a ser seleccionadas (¿será más correcto decir filtradas?) por Geovanni Vicente, el presentador. Después de la presentación hablaría Uribe desde el Uberrimo. Pero a los pocos segundos la señal se caía constantemente: las caras quedaban congeladas, le hablaban a Uribe, pero éste no contestaba. Luego, desaparecía de la pantalla alguno de los miembros del webinar, y se escuchaba a Uribe diciendo: “Vicente, Vicente, Vicente…ai cannot ier, plis”.

Apenas comenzaba a explicar algo Uribe se caía la señal de internet. La noche anterior, en Cali(2), inexplicablemente no había señal precisamente en los sectores de la Luna y Siloe, en dónde hay un número desconocido de victimas de las arremetidas poli-militares (este debería ser el nuevo término que describe nuestra realidad, cuando los instituciones civiles son devoradas por el militarismo). Era como si la ideología de odio y destrucción y a sus autores se les hubiese olvidado mover el switch del internet en “on” para el podio de Uribe en NYU. Sólo se escuchaba a Uribe decir “Vicente, Vicente, Vicente”.

Volvía la conexión y uno podía ver a Uribe. Al fondo sus esculturas y pinturas de caballos. Aquí es donde el empalme de la narcoestética se ha institucionalizado: El caballo como símbolo favorito de los mafiosos, destruyendo la ciudad durante la cabalgata de la feria en Cali (allí nadie decía que eran vándalos, ni les enviaban el ESMAD). Los mafiosos con sus fincas y restaurantes. Una vez, muy de chico fui a un restaurante que pertenecía y estaba junto a una caballeriza famosa en Antioquia. Decían que la comida, en especial la carne de res, era única. Yo no quise comer. En los bordes de las ventanas, en el piso, en los lugares donde no estaban barriendo constantemente, caían miles de moscas muertas que circulaban a millares por el aire. Negras y gordas, construían pirámides de cadáveres. “Es normal” decía el mesero. “Es por los caballos”, aludía. Más las moscas no eran por los caballos, sino por la hediondez de la mafia que ha partido a Colombia en dos.

De pronto soltó un resorte de la memoria. Se escuchaba a Uribe decir “Vicente, Vicente, Vicente” en el fondo de la transmisión y yo me acordaba de Vicente Fernandez, el favorito de muchos narcotraficantes en Cali. Se mezclaba todo. Era un webinar en Zoom o Cali de los noventa. Al final, el tiempo en Colombia se ha movido en una sola dirección. En la del colapso. Precisamente, es esa tal vez la definición de sostenibilidad que estaban buscando en el Brademas Center. La de fincas grandes monocultivadas, que se atraviesan a caballo. A caballo es más ecológico que con el carro. Sin monte, sin selva, sin diversidad. Con el oso perezoso teniendo que “trabajar, trabajar y trabajar”.

Al final, la red sobrecargada había hecho que todos los participantes del webinar desapareciesen quedando Uribe, quien tomó el teléfono y se desconectó, cerrándose el zoom, y por ende el diálogo. Una atmósfera atravesó el mundo digital: Uribe aparecía en esa sala gigante del Uberrimo solo. A pesar de sus asistentes, en ese espacio no se sentía nada humano, nada tibio, nada fraterno. Como en las últimas escenas del Ciudadano Kane.

Jorge Sanguino

1 https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSc26gogilPcKz6Chwu6xa-IZV6X0-FDtV5LV5cD0kTfOoU2fQ/viewform?fbclid=IwAR0pkcf8sQjzeIQO_i-X55LtI0BIOfvv9SsF3uHdJbkB4ZW-

2 https://netblocks.org/reports/internet-disrupted-in-colombia-amid-anti-government-protests-YAEvMvB3′